Podría contarte que mis piernas con los años han acumulado muchos kilómetros, pero prefiero decirte que en este tiempo mi cabeza ha adquirido mucha mas sabiduría.
Podrías creer que con el paso de los lustros mi cuerpo se ha hecho inerte al sufrimiento, pero prefiero pensar que mi vida se ha hecho adicta al valor del esfuerzo.
Podría decirte que he machacado el suelo mil veces con mis pies, que miles de impactos han andado por los mismos caminos, pistas y carreteras una y otra vez, pero te diré que mientras pisaba la tierra firme, mi mente caminaba por distintos cielos. Podría hablarte de mis marcas, pero prefiero referirte las vivencias que acompañan a los tiempos.
Podría narrarte mis éxitos pero no busco los halagos; podría describirte mis fracasos pero no quiero compasión.
Me dirás que he fallado en mis metas en muchas ocasiones, pero no sabes como disfruté el camino hacia la decepción.
Te acordarás de la tristeza que acompañó a mis derrotas, pero mayor fue la felicidad que acompañó a mis triunfos.
Me recordarás como lloré de impotencia cuando el cuerpo se reveló con mil lesiones, pero yo me acordaré con alegría de mi constancia al superarlas.
Tratarás de convencerme del tedio diario del entrenamiento, de la rutina, y te diré que nunca dos días son iguales cuando corro, cada día es único, cada sensación inmejorable.
No entenderás el sentido de dar vueltas para volver al mismo lugar, pero el sentido no está en el inicio, ni está en el final, sino en las inquietudes sentidas a lo largo del camino.
Dirás que corro porque no sé lo que quiero y persigo algo que nunca encontraré, te diré que correr me ha hecho saber lo que no quiero.
Insinúas el sinsentido de correr para no ganar, pero nunca tuve la sensación de ganar, ni de perder, solamente de crecer y superarme.
Creerás que he perdido el tiempo, que podría haber dado más de una vez la vuelta al mundo, pero te contestaré que en este tiempo he sido capaz crear miles de mundos diferentes dentro de mí.
Me acusarás de correr despacio y me reiré, o de correr deprisa y me sonreiré.
Me rebatirás mis muchos años; te replicaré mis muchas ilusiones.
Pensarás que estoy loco por seguir y te diré que siempre tuve la cordura de no parar.
Al final me dirás que he vivido solo para correr, pero en mi fuero íntimo sé que he corrido solamente para vivir.
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